BIOGRAFÍA DE AUGUSTO COMTE, JOHN STUART MILL Y HARRIET MILL

Augusto Comte

Comte nació en Montpellier, Francia el 19 de enero de 1798. Después de asistir al Lycée Jofree y luego a la Universidad de Montpellier, fue admitido en el École polytechnique en la ciudad de París. La École Polytechnique era conocida por su cercanía a los ideales franceses del republicanismo y el progreso. En 1816, sería cerrada (por motivos de reorganización), pero no impidió que Comte continuara sus estudios académicos en un colegio de médicos de la ciudad. Cuando la École fue reabierta, Comte no solicitó la readmisión.

Luego de su regreso a Montpellier, tendría diferencias irreconciliables con su familia, ya que eran partidarios de la monarquía y profesaban la religión católica, por lo que se ganaría la vida con pequeños trabajos. En agosto de 1817, encontró un apartamento en París donde viviría hasta 1822. Ese mismo año, se convirtió en el secretario y alumno de Henri de Saint-Simon, que a su vez, pondría a Comte en contacto con la sociedad intelectual y por ende, terminaría influenciado por él. Comte trabajó con Saint- Simon por siete años hasta que se separaron por diferencias irreconciliables entre ambos.

Comte contraería matrimonio con Caroline Massin en 1825. En 1826, Comte fue llevado a un hospital de rehabilitación, pero luego se iría sin haberse recuperado del todo - solo estabilizado por el psiquiatra francés Jean Étienne Dominique Esquirol - para luego continuar trabajando en sus obras (aunque luego trataría de suicidarse en 1827, intentando saltar del Pont des Arts). Su mejor amigo fue John Stuart Mill.

John Stuart Mill

John Stuart Mill, el mayor de los hijos del filósofo, historiador y economista James Mill, nació en Londres el 20 de mayo de 1806.

Los recuerdos más dolorosos de Mill en su infancia conectan con la forma en la que su padre, seguidor de la teoría denominada utilitarismo, hablaba y trataba a su esposa e hijos delante de los invitados, llegando a decir que su educación no fue una educación de amor sino de miedo.
Los hijos de mi padre ni le amaron a él ni sintieron ningún tipo de afecto por nadie más. Le tenía demasiado miedo como para que pudiera expresarme de forma franca y carecía de voluntad propia, porque estaba tan acostumbrado a que se me dijera lo que tenía que hacer que adquirí la costumbre de dejar que mi responsabilidad como agente moral la detentase mi padre.

Pretendía darles a sus hijos una educación modelo siguiendo los principios del utilitarismo, que consistía en someterlos a una secuencia de placeres y dolores y enseñarlos a razonar adecuadamente. J. Stuart nunca jugó con otros niños.

Su precocidad era excepcional: a la edad de tres años le enseñaron el alfabeto griego y largas listas de palabras griegas con sus correspondientes traducciones al inglés. Con unos ocho años ya había leído las fábulas de Esopo, la Anábasis de Jenofonte y las Historias de Heródoto en su idioma original; y también conocía ya a Luciano, Diógenes, Isócrates y seis diálogos de Platón. Para entonces ya había leído mucha historia en inglés.

A la edad de ocho años empezó a estudiar latín y álgebra. Fue designado como profesor de los niños más pequeños de su familia. Su principal lectura continuaba siendo la historia, pero estudió también a todos los autores latinos y griegos comúnmente leídos en las escuelas y universidades de aquel entonces. No le enseñaron a escribir en latín ni en griego y nunca fue exactamente un erudito; todo estaba orientado hacia el fin por el cual le hacían leer. A la edad de diez años ya leía a Platón y Demóstenes con facilidad. La Historia de la India de su padre fue publicada en 1818; inmediatamente después, a los doce años, John comenzó el cuidadoso estudio de la lógica escolástica al tiempo que leía los tratados lógicos de Aristóteles en su lengua original. Al año siguiente lo introdujeron en la economía política y el estudio de Adam Smith y David Ricardo, este último amigo cercano de la familia Mill.

Pero a los 20 años, en 1826, sufrió una «crisis mental», descrita detalladamente en su Autobiografía (1873):
Desde el invierno de 1821, cuando leí por vez primera a Bentham, y especialmente desde los comienzos de la Westminster Review, llegué a tener lo que con verdad puede llamarse un fin en la vida: ser un reformador del mundo. La concepción de mi propia felicidad se identificaba enteramente con este objeto. Pero llegó el momento en que desperté de esto como de un sueño. Fue en el otoño de 1826. El fin ha dejado de producir su encanto. ¿Cómo podrán interesarme los medios? Me pareció que no quedaba nada por lo cual vivir. Mi amor a la Humanidad y a la excelencia de su propia salvación se habían agotado. Vi, o creo que vi, lo que siempre había acogido con incredulidad: que el hábito del análisis tiende a acabar con los sentimientos. Las fuentes de la vanidad y de la ambición se habían secado en mí. Me había quedado embarrancado al comienzo de mi viaje, como un barco bien equipado y con timón, pero sin vela.

La lectura del pasaje de la muerte del padre en las Memorias de Marmontel empezó a sacarle del atolladero en 1827: "La felicidad es la prueba de toda regla de conducta y el fin de la vida, pero solo puede alcanzarse no haciendo de él un fin directo" (Autobiografía, cap. V). Se rebeló contra su estricta educación, contra el utilitarismo (aunque sin romper con él) y se abrió a nuevas corrientes intelectuales, como el positivismo de Comte, al pensamiento romántico y al socialismo.

Mill trabajó para la Compañía Británica de las Indias Orientales y fue al mismo tiempo miembro del Parlamento por el Partido Liberal. Mill abogó por aligerar las cargas sobre Irlanda y básicamente trabajó por lo que él consideró oportuno. En Consideraciones sobre el gobierno representativo, Mill propuso varias reformas del Parlamento y del sistema electoral, especialmente trató las cuestiones de la representación proporcional y la extensión del sufragio. En 1840 inició una fecunda amistad con el psicólogo y filósofo escocés Alexander Bain.

En 1843, a sus 37 años de edad, tras haberse recuperado de una depresión, publicó su primer libro, que tardó trece años en escribir. Un sistema de lógica ("System of logic"), su principal y única obra sobre la filosofía de la ciencia. En él, manifiesta su más extremo del empirismo y positivismo epistemológico, basado también en sus pensamientos liberales.

En 1851 Mill se casó con Harriet Taylor tras 21 años de amistad. Taylor tuvo una importante influencia sobre su trabajo e ideas, tanto durante su amistad como durante su matrimonio. La relación con Harriet Taylor inspiró la defensa de los derechos de las mujeres por parte de Mill. Después de solo siete años de matrimonio, Taylor murió en 1858 después de desarrollar una congestión pulmonar severa.

Entre los años 1865 y 1868 Mill sirvió como rector de la Universidad de St. Andrews. Durante el mismo período, fue miembro del Parlamento de Westminster. Era partidario del Partido Liberal. En 1866, Mill se convirtió en la primera persona en la historia del Parlamento en pedir que se otorgue a las mujeres el derecho al voto, defendiendo enérgicamente esta posición en el debate posterior. Mill se convirtió en un firme defensor de reformas sociales como los sindicatos y las cooperativas agrícolas.

En Consideraciones sobre el gobierno representativo, Mill pidió varias reformas al Parlamento y la votación, especialmente la representación proporcional, el voto único transferible y la extensión del sufragio. En abril de 1868, Mill favoreció en un debate de los Comunes la retención de la pena capital por delitos como el asesinato agravado.

En sus opiniones sobre la religión, Mill era un agnóstico y un escéptico.​ Aunque no fue profesor universitario, Mill cultivó casi todas las ramas de la filosofía, desde la lógica hasta la teoría política pasando por la ética. En lógica, psicología y teoría del conocimiento Mill era empirista y positivista. Consideraba que el conocimiento humano tenía su origen y su límite en la experiencia observable. Todo conocimiento parte de las impresiones sensibles de los sujetos y los conceptos más abstractos se forman a partir de las «asociaciones» de impresiones realizadas por la mente. Este es el llamado asociacionismo psíquico. Según Mill, la inducción es el principio lógico que permite derivar conocimientos universales a partir de la observación de fenómenos particulares. Después de haber observado muchos cisnes blancos particulares podría inducirse el enunciado universal «todos los cisnes son blancos». Ahora bien, una gran cantidad no equivale a la totalidad; muchos —por más que sean— no puede equipararse a todos. De manera que el conocimiento científico es meramente probable, no necesario, como ya indicó en su momento David Hume, a quien Mill sigue en este punto.

Fue además padrino del filósofo y matemático Bertrand Russell a decisión de su padre John Russell. Mill murió en 1873 de erisipela en Aviñón, Francia, donde su cuerpo fue enterrado junto al de su esposa.

Harriet Taylor Mill

Harriet Hardy nació en 1807 en Walworth, al sur de Londres. Sus padres fueron Harriet y Thomas Hardy, cirujano. Harriet fue educada en casa y expresó un temprano interés en escribir poesía.

Harriet Taylor Mill se educó en una casa devota del unitarismo; se casó con John Taylor en 1826, a los 19 años con el que tuvo dos hijos y una hija: Herbert, Algernon y Helen (quien posteriormente fue una reconocida feminista).

En 1831 conoció a John Stuart Mill. El encuentro fue planeado por el líder la congregación unitarista de Harriet, el teólogo William Johnson Fox, quien animaba una tertulia liberal y feminista en su casa. John Taylor invitó a Mill a cenar debido al interés mutuo de su esposa en los derechos de las mujeres. Taylor ya no solo escribía poesía, sino que estaba interesada en la reforma social, y había escrito una larga Vida de William Caxton (que es más una historia completa de la palabra impresa y escrita) para la Sociedad para la Difusión del Conocimiento Útil. En el momento en que conoció a Mill, ella estaba escribiendo o comenzó a escribir una serie de artículos inéditos sobre los derechos de las mujeres, la ética, la tolerancia y el matrimonio.

Ella, casada, y él, mantuvieron una relación de afecto mutuo bastante mal vista dentro de la moral victoriana y que John Taylor no toleró, pese a lo cual siempre mantuvo relación epistolar con su distanciada mujer. En 1833, Harriet estableció su residencia en una casa ajena a la de John Taylor. En 1849, John falleció de cáncer y Harriet se casó en 1852 con el filósofo del utilitarismo John Stuart Mill, en quien ejerció una influencia perdurable y declarada por el mismo filósofo, en particular en sus ideas feministas.

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